SENTIRES


LOS RÍOS DE LA MEMORIA

Aunque la cordura me aconseje que te deje en el pasado, sé que siempre serás mi presente. Porque tú formas parte de mi vida, la única que representa mis sonrisas, pero también las lágrimas que hoy derramo.

Triste taza de café vacía, como el cuarto en el que espero que caiga la luz del día y me sumerja en las aguas de un mar que tanto echo de menos.

Absorto observo tu fotografía, hipnotizado por tus pupilas, una vez más, pensando en lo mucho que quiero esos labios. Y entonces recurro al mismo truco de siempre, abrazar unos minutos que huelen a sal, de tantas lágrimas brotadas.

Rodeado de esta soledad, mi mirada busca la tuya, reflejo de una imagen sin alma, en un papel. Presiento mi vació, vagando sin rumbo fijo, como las almas que habitan un mundo sin saber a qué han venido, sin conocer su cometido y buscando siempre un destino de antemano perdido.

Me muevo desesperado, siempre buscando, endemoniado...nada encuentro al parecer, sólo mi propio reflejo sobre las aguas de la memoria.


AL RITMO DE UNA CANCIÓN


¡Ahora!... es uno de esos instantes en los que recuerdo pequeñas cosas que la mente tenía olvidadas. Momentos escondidos en el salón del tiempo, voces que silenció el miedo, silencios que clamaron suspiros sin aliento.

¡Ahora!... que comparto con mi sombra el sofá de mi memoria, me asombro al recordar tantas batallas perdidas en los campos del destino. Se hizo el camino menos pedregoso gracias a las caricias que buscaron nuestros cuerpos. Abrazos fallidos de sueños, adornando fantasías incumplidas.

¡Ahora!... cuando un segundo me parece eterno, escribo palabras con letras que son rasguños en el alma, heridas en la propia estima. Postres de saliva y miel, sabores de caricias que me sabían a sal.

¡Ahora!... que sé que no es tarde, que admito que no es pronto, busco en los bolsillos de las prisas un rincón donde esconder lo que tengo, que el fantasma de perderlo me asusta. Cuando las tinieblas del fracaso se encienden, salta la alarma de mis penas, que me mienten , entonces la soledad vuelve.

¡Ahora!... es uno de esos instantes en los que recuerdo sus primeras miradas, que sus ojos vacíos me ofrecieron, la fuerza de su aliento, el calor de su pecho. En este mismo sofá, abrazado a las sombras que recostadas en él están, tarareo esa canción que tanto duele al confirmar que "sin ti no soy nada".



A SOLAS CONMIGO


Me alzo al siguiente escalón, para contemplar mi soledad desde lo alto. Quiero aprender a valorar sus distintas tonalidades, disfrutar de sus muchos colores.

Busco entre la niebla respuestas a tantas preguntas: en qué raíz está la culpa, si es que la hay...en cuál la solución, si es que debo encontrarla. Me adentro en la espesura sin demasiada esperanza, pero aun así corro, para no perder mi tiempo...si es que todavía me falta.

Rememoro a los que pasaron por mi vida y una pena añadida me castiga: me marché casi sin despedirme y dedudor de tantas sonrisas. Tal ves después regresen con la misma alegría que me regalaron... me engaño ,mientras contemplo mi nave destruida.

¿Acaso esta sensación es una oportunidad de caminar en soledad y saborear la paz que recibe el cuerpo y el alma al contacto con la naturaleza, el aire y la tierra?.

Crecí solo, imprimiendo una sonrisa en mis labios y alegría en mis ojos. Levanté los brazos al viento y liberando de pájaros mi alma, les permití volar y llegar a espacios que nunca imaginé alcanzar. Brilló el sol en mi vida... ahora navego en solitario, a la deriva. Sin importarme demasiado, me consuelo imaginando la llegada a puerto, donde siempre hay alguien que espera: niños jugando a los que se les cortó la vida, anciandos mirando el mar con la vista perdida, recordando lo poco que dio de si sus vidas.

Cuando llegue el final de tanto navegar perdido, recordaré mi ansia de tomar sorbo a soorbo la vida, pensando en gente conocida, con el alma rota en pedazos de tanta herida. Tan sólo albergo la esperanza de que el viento disperse el daño de estos días y consiga reunir mis cenizas.